2 sept 2008

Mi tierra querida, Francisco Urondo.


Ya es hora de perder

la inocencia,

ese estupor de las criatura que todavía

no pudieron hacerse cargo

de la memoria

del mundo al que recién nacieron

Pero nosotros hombres

grandes ya, podemos olvidar, sabemos

perfectamente que tendríamos

que hacer para dañar

el presente, para romperlo.

Aquí nadie

tiene derecho a distraerse,

a estar asustado, a rozar

la indignación, a exclamar su sorpresa.


No hay comentarios: