Hay un terror tan delicioso como escalofriante. El desafío del otro cuerpo. El otro cuerpo como campo de prueba. Lo desconocido y lo imprevisto, amenazador y subyugante, conviven ocultos - pero oscuramente evidentes- en la deslumbrante intimidad del cuerpo que nos invita , que nos incita sin pensarlo, o a sabiendas. Si no ¿porque seria una flecha el instrumento de cupido, de que seria Diana Cazadora? y si resulta una primera vez , esta también el fantasma agorero de la iniciación , no tan atávica y primitiva como se presume. Por no Habla del veneno de la competencia , que se acentúa comtemporaneamente con sutil eficacia.
Rodolfo Alonso.
( En Se Miran, se Presienten, se desean)..